“En un futuro planeo realizar distintos posgrados y dedicar mis recursos profesionales a la investigación enfocada al Chocó”.
Miguel Alejandro Rodríguez
La temprana y repentina partida de Miguel Alejandro Rodríguez Barajas consternó a todo el departamento del Chocó y a la Universidad de los Andes, institución donde estaba próximo a cursar su cuarto semestre de Economía, gracias a “Ser Pilo Paga”, pues Miguel se destacó como el mejor bachiller del departamento en el año 2015. Su partida nos tiene afligidos, no sólo por lo que significa el trágico fallecimiento de un joven líder que se perfilaba para llegar a lo más alto en su carrera profesional, sino también por lo que significa perder a jóvenes brillantes comprometidos con la transformación de la realidad social y económica de un departamento como el Chocó, lugar donde las condiciones para estudiar son distantes de la posibilidad de formar muchos líderes y soñadores académicos para el país.
Hoy, Miguel Alejandro se constituye como el mejor ejemplo para los adolescentes en el Chocó. Con tan solo 18 años, marcó positivamente a quienes tuvimos el honor de conocerlo. Asimismo, nos dejó un valioso legado, y sobretodo, una lección de la que todos los chocoanos, principalmente los jóvenes, deberíamos aprender. Miguel fue un soñador y altruista cuyo legado nos obliga a reflexionar profundamente sobre la esperanza que encarna la juventud chocoana y su responsabilidad con el futuro del departamento. El Chocó necesita con urgencia el surgimiento de liderazgos jóvenes y con alta proyección académica. No podría imaginar un futuro más optimista si los sueños y el compromiso de la mayoría de jóvenes en el departamento fueran los mismos de Miguel Alejandro. Infortunadamente la realidad no es tan alentadora, y según las estadísticas, casi a diario perdemos jóvenes de su edad a causa de violencia juvenil; mientras gran parte del resto, es indiferente a los problemas estructurales que padece el departamento.
Los retos que enfrentan las nuevas generaciones del Chocó son muchos, principalmente deben formar liderazgos que transformen los espacios políticos y contribuir con propuestas al trabajo tendiente a cerrar brechas socioeconómicas con el resto del país. La Chocó atraviesa por un momento importante debido a la coyuntura por la que atraviesa el Pacífico que a raíz del activismo y empoderamiento cívico que se ha consolidado recientemente ha obligado al país, y principalmente al gobierno, a poner los ojos en esta región. Esto puede convertirse en un punto de inflexión para generar grandes transformaciones económicas, políticas y sociales en el Chocó.
Estas problemáticas y el momento que atravesamos deben servir para crear un sustrato de oportunidades para el activismo de los jóvenes, que los comprometa con los desafíos inmediatos del departamento. Además, deben propiciar que los jóvenes visionen en su proyecto académico una oportunidad de incidencia política que permita cambiar la narrativa sobre el departamento.
De acuerdo con lo anterior, transformar la realidad del departamento del Chocó es una tarea que está en nuestras manos, sobre todo en manos de la juventud. Sin embargo, para que esto sea posible debemos aunar esfuerzos y preparar de manera paralela una juventud crítica con capacidad de incidencia local, a través del empoderamiento político e inspiradas en grandes ejemplos como Miguel Alejandro. Hoy en día, existen jóvenes en quienes es posible depositar grandes esperanzas.
Entre ellos se pueden destacar Ginary Gutierrez, quien es estudiante de Derecho, becaria del Programa Martin Luther King y una de las mejores estudiantes de la Universidad del Rosario, quien ha representado al país y al Chocó en grandes escenarios académicos internacionales; Katherin Gil, estudiante de maestría en gobierno y políticas públicas, becaria del programa de maestrías de la Corporación Manos Visibles y Becaria del Programa Martin Luther King e impulsora de iniciativas sociales y culturales con jóvenes en el Chocó; Yesimar Álvarez, líder cívico y político incidente en el Concejo Municipal de Quibdó con iniciativas que han logrado movilizar a muchos jóvenes; Jhoan Hurtado, estudiante de maestría en gobierno y políticas públicas, becario del programa de maestrías de la Corporación Manos Visibles y Becaria del Programa Martin Luther King quien ha representado al Chocó en grandes eventos académicos. Hoy contamos con decenas de jóvenes como estos que proyectan su liderazgo para alcanzar espacios de gran incidencia política-académica. Es necesario entonces visibilizar estas historias inspiradoras para que ayuden a movilizar a más jóvenes hacia la proyección de aspiraciones profesionales tendientes de desarrollar todo el potencial del Chocó.